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Mostrando entradas de diciembre 22, 2009

Lo tiro o lo guardo? Dos escritos

El primero se lo atribuyen a Eduardo Galeano y el mismo aclara que no le pertenece,el segundo es de un tal Joseph Newton: DESECHANDO LO DESECHABLE Seguro que el destino se ha confabulado para complicarme la vida. No consigo acomodar el cuerpo a los nuevos tiempos. O por decirlo mejor: no consigo acomodar el cuerpo al “use y tire” ni al “compre y compre” ni al “desechable”. Ya sé, tendría que ir a terapia o pedirle a algún siquiatra que me medicara. Lo que me pasa es que no consigo andar por el mundo tirando cosas y cambiándolas por el modelo siguiente sólo porque a alguien se le ocurre agregarle una función o achicarlo un poco. No hace tanto con mi mujer lavábamos los pañales de los gurises. Los colgábamos en la cuerda junto a los chiripás; los planchábamos, los doblábamos y los preparábamos para que los volvieran a ensuciar. Y ellos… nuestros nenes… apenas crecieron y tuvieron sus propios hijos se encargaron de tirar todo por la borda (incluyendo los pañales). ¡Se

Curiosidades sorprendentes de la muerte

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Estaba navegando buscando otros temas,y reuní todo esto. Es un tema embromado,que buscamos evadir pero me resultó interesante y por momentos hasta gracioso. ¿Momias usadas como combustible? ¿hombres que eyaculan al morir? Muchos misterios existen alrededor de la muerte, a la cual todos llegaremos. Éstos son datos muy curiosos y sorprendentes, el conocerlos es importante. 1. Cuando muere una persona, el oído es el último sentido en perderse En general, cuando muere una persona, el oído es el último sentido en perderse, el primero suele ser la vista, seguido del gusto, el olfato y el tacto. 2. A los tres días de la muerte, las enzimas que una vez digerían tu cena comenzarán a devorarte A los tres días de la muerte, las enzimas que una vez digerían tu cena comenzarán a devorarte. Las células fracturadas se convertirán en comida para las bacterias vivas del intestino, las cuales liberarán suficiente gas tóxico como para inflar al cadáver y forzar a los ojos a que se salgan d