Empleo en Argentina. Hoy 05/12/2011

Fuente: diario Clarin


Nota: Como referencia,la cotización del dólar es de $4,28



El 60% de los trabajadores en blanco cobra menos de $3.300

El salario promedio de toda la economía es de $4.576. Se trata de los ingresos de bolsillo, luego de los descuentos por ley.

Por Ismael Bermúdez - ibermudez@clarin.com

Aunque los aumentos salariales superaron a la inflación y hay más puestos de trabajo formales, el 60% de los casi 7 millones de trabajadores en relación de dependencia –4,2 millones de empleados– que están registrados o “en blanco” tienen un ingreso de bolsillo (descontando a la remuneración bruta los aportes de jubilación y salud) de menos de $3.300.

Con sueldos por encima de $10.000 mensuales hay 336.000 empleados (menos del 5%), aunque el ingreso de bolsillo es menor porque la estadística oficial no toma cuenta la deducción del impuesto a las Ganancias que, en proporción, ha ido creciendo por la desactualización del mínimo no imponible.

Los datos son de mitad de 2011 y corresponden a los sueldos declarados por las empresas ante la Seguridad Social que, en promedio, fueron de $4.576 mensuales. Incluye los sueldos del sector privado y también los del sector público nacional y de las provincias que transfirieron sus cajas jubilatorias a la Nación. Un año atrás, en junio de 2010, el promedio fue de $3.400, lo que implica en 12 meses una suba del 34,5%. A esos valores en algunas actividades o empresas deberían agregarse las sumas no remunerativas. Además, desde entonces, algunos sueldos tuvieron aumentos que no alteran en lo sustancial esta radiografía salarial en términos reales porque también siguieron aumentando los precios al consumidor.

De esta manera, buena parte de los que tienen empleos “en blanco” no ganan lo suficiente para comprar una canasta familiar que incluya bienes y servicios medios que se evalúa, para una familia tipo (matrimonio y dos hijos), en más de $4.000 mensuales. En muchos casos, si ambos cónyuges trabajan, el sueldo del matrimonio podría alcanzar o apenas superar el costo de la canasta familiar.

Aún así, de ese 60%, o 4,2 millones de empleados, una porción importante –1,5 millones– percibe menos de $2.000 mensuales, valores que no alcanzan para cubrir una canasta de pobreza. Si esta es la realidad de los ingresos de los trabajadores que están en blanco, más deteriorada es la de los casi 4 millones que están en negro con sueldos calculados entre un 30 y 40% inferiores a los formales.

Entre los que ganan más de $7.000 al mes de sueldo bruto hay 1,2 millones de empleados. Se trata de una franja de trabajadores que tiene los descuentos de jubilación y salud hasta el tope previsional, pero no tienen derecho al cobro de las asignaciones familiares, beneficio que se pierde cuando el sueldo bruto supera los $5.200 (valor actualizado a agosto de 2011), mientras están alcanzados por las retenciones del impuesto a las Ganancias. Ahora se estima que los alcanzados por el impuesto rondan 1,5 millones por los aumentos salariales otorgados después de junio.

Algunos datos

Las actividades con los sueldos proporcionalmente más bajos son el sector agropecuario, comercio, enseñanza, actividades inmobiliarias, construcción y algunas ramas industriales. Los más elevados están en las ramas de producción más especializadas como petróleo o petroquímica.

La industria manufacturera encabeza el ranking por ocupación con un poco más de 1,2 millones de trabajadores, seguida por comercio, con 1.062.000. Otras ramas, como construcción, cuentan con 436.000 trabajadores registrados; agricultura y ganadería, con 331.000 y enseñanza, 418.000.

Con relación a fines de 2004, hay 300.000 trabajadores formales más, tanto en la industria como en el comercio, 170.000 más en la construcción, 100.000 más en enseñanza y 55.000 más en agricultura y ganadería.

De los casi 7 millones de asalariados, un tercio son mujeres, quienes, además, en proporción, tienen sueldos más bajos que los varones, debido a que se desempeñan en puestos menos jerárquicos. Por otro lado, es mayor la proporción de mujeres ocupadas en negro y, preponderante, en el servicio doméstico, que tiene un régimen especial. Sobre más de un millón de empleadas domésticas, las que están con aportes son 289.800.

Por edades, casi el 30% de los asalariados formales (1,9 millones) tiene menos de 29 años y un poco más de la mitad (3,8 millones), entre 30 y 49 años. El resto (1,3 millones) supera los 50 años. Con más de 65 años, figuran 90.400.

La baja proporción de asalariados formales jóvenes se explica porque una gran parte está desocupada y el resto se desempeña en negro. También impacta que 2,6 millones de jóvenes entre 18 y 29 años –un tercio del total– se declaren inactivos ya sea porque estudian y no trabajan o ni estudian ni trabajan.

Si a los dependientes se suman los monotributistas (1,1 millones), los autónomos (302.000), el servicio doméstico (289.800), el total de aportantes es de 8.836.000.

El mayor incremento en el número de aportantes se dio en la primera fase de recuperación luego de la crisis de 2001/02, cuando rondaban los 5.000.000. En diciembre de 2004, ya sumaron 6.000.000 y pasaron 8.000.000 en diciembre de 2008.

Desde entonces –dos años y medio– los aportantes aumentaron un 10%, en especial en la franja de los monotributistas y servicio doméstico ya que los asalariados en blanco crecen un 7%. De esos 8.836.000 aportantes, un poco más de la mitad tienen menos de 40 años. El 60% son varones y el 40%, mujeres. A su vez, con los cambios normativos, fue creciendo el número de monotributistas en detrimento de los autónomos.


En otra sección en la edición de este mismo día se lee:

Opinión

Dispuesto a escuchar
"Por favor, quiero un trabajo"
04/12/11 - 10:16
Por OSVALDO PEPE

Tengo dos hermosas nenas, escolarizadas, de 15 y 10 años, una es deportista y la otra ama la música, excelentes personas. Quiero, como mamá, darles el ejemplo de que se puede. Que estudiando, y con esfuerzo, podremos alcanzar la dignidad del trabajo.
Lamentablemente, no puedo darles lo mínimo y cubrir sus necesidades escolares y deportivas si no fuera por la ayuda que mi madre jubilada me brinda casi todos los meses. Soy Licenciada en Administración, carrera que me llevó mucho esfuerzo, ya que la hice trabajando y con las nenas muy chicas.
Trabajé desde los 18 años, con experiencia comprobable como analista contable, secretaria bilingüe, tengo idioma inglés y muchas ganas de trabajar. Sería un sueño lograrlo, pues vivo algo que hace tiempo no pensé vivir y que hoy es una pesadilla. Necesito trabajar, lo pido todos los días, pero lamentablemente en nuestro país, con 44 años, no se ven avisos para mi edad. Hasta 30 años, como máximo, es lo que solicitan.
¿Qué hacemos los que nos consideramos jóvenes, tenemos responsabilidad, actitud, experiencia y estudios con títulos? ¿Cómo les explico a mis hijas que no puedo pagarles el deporte y los estudios, en los que ponen tanta pasión? ¿Cómo, si ellas son el futuro, tienen que ver a su mamá con pocas esperanzas? Pido, por favor, que si en alguna empresa u organismo del Estado leen esto, me puedan llamar y darme una oportunidad. La edad no tienen nada que ver, lo importante es la actitud, los conocimientos, las ganas de trabajar y la responsabilidad. Sé que mis hijas desean que su mamá vuelva a trabajar. Busco una recompensa, que un día pueda volver a ver sonreír a mis hijas al comprobar que su mamá volvió a tener un empleo.
María


"Poder cumplir mis sueños"

Soy un lector de hace muchos años y siempre leo detenidamente las cartas y notas que se publican. Desde hace tiempo quería escribir y comentarles lo que me sucede. Tengo 29 años y hace meses que no consigo un trabajo decente.
He enviado mis antecedentes y CV a muchas empresas y lugares, pero sólo dos o tres me han llamado para una entrevista.
Me deprime que con mi buen nivel cultural no pueda estar trabajando. Estuve estudiando hasta hace poco tiempo Marketing, carrera que me fascina, pero no pude continuar porque no pude seguir pagando la cuota. Cabe destacar que tengo un muy buen nivel de inglés y conocimientos de alemán.
Trabajos poco serios, mal pagos o de pésimo clima laboral es lo que he vivido y experimentado hasta ahora. O entrevistas extensas en las que estoy seguro de haber superado las exigencias, pero nunca vuelven a llamarte. Ni hablar de frases como "te tenemos en cuenta" o "tu CV queda en nuestra base de datos". Lo que estoy viviendo hoy es una mezcla de decepción, angustia y desesperación. Pero aún soy optimista y no pierdo las esperanzas.
Hago este pedido hacia alguna persona o empresa que pueda darme esa posibilidad y así poder cumplir mis sueños. Desde ya muchas gracias.
Hugo


Falta mi testimonio personal al respecto.
Consta en otra entrada en este mismo blog.
Próximamente la enlazo aquí,o se puede hallar con el buscador.

El comentario

Más allá de la estadística

El Gobierno dice que bajó el desempleo. Y es cierto. El Gobierno sabe que hay más de un millón sin trabajo. Y también es cierto. Estos son un puñado de testimonios que no se publican para incomodar a los ministros o a la Presidenta. Tienen un objetivo más noble. Ayudar a estas personas que están sufriendo en cuerpo y alma el dolor del desempleo a que sus vidas cambien. A que, acaso hoy mismo, reciban en sus e-mails la buena noticia de que alguien los necesita y los está buscando. Ojalá.

Ida y vuelta

Crónicas y Testimonios sobre la desocupación

Me encuentro en la búsqueda de trabajo. Soy perito mercantil, egresada de escuela pública nacional, he realizado cursos en el área de gestoría, automotor, inmobiliaria y judicial, todos éstos realizados a través de AMIA en convenio con el Gobierno porteño. Tengo 39 años, soy soltera, no tengo hijos ni problemas de horarios y sin embargo tengo que pedirle a mi madre, pensionada, que me dé dinero hasta para los viáticos. Mucho se habla de la formación, de que ha crecido el empleo, pero ¿qué clase de empleo? Los empleos con cierto grado de capacitación y estudio no se ven. ¿No piensan que detrás de cada CV hay una persona con necesidades y expectativas?
Gabriela


Desde marzo me encuentro sin empleo. He trabajado durante 13 años en un importante Banco como asistente gerencial, y debido a mi ambición por el progreso intenté buscar nuevos desafíos, lo que me ha frustrado.
Tengo 36 años, he intentado por todos los medios progresar, adquirir mi primera vivienda para la cual obtuve un crédito hipotecario, que estoy cancelando mes a mes. Si bien no cuento con un título universitario, he concluido con mis estudios secundarios y he tenido que trabajar desde que los finalicé, ya que mis padres no están y no he tenido quien puede costear los estudios.
Ana Inés


Les escribo para contarles que mi hija, Marcela, de 27 años, desde hacen mas o menos un año busca trabajo. Envía curriculum por Internet todos los fines semana, la han llamado de algunos lugares, pero no pasa de la primera entrevista porque todos quieren jóvenes con experiencia. ¿De dónde la sacan si nadie les da un lugar? Recurro a este medio con la esperanza de que alguien le dé una oportunidad. Tiene secundario completo, 11 años de inglés y un curso de auxiliar de Farmacia.
Nancy


Soy argentino, pero me siento discriminado por tener 41 años y no poder conseguir un trabajo digno. Cuando pasás la barrera de los 35, ya no servís.
Hace unos días, una empresa de fabricación de selladores, pegamentos y herramientas de Villa Madero, solicitó operarios de producción química, Mandé mi CV por e-mail, me convocaron por tener la experiencia solicitada, me hicieron la entrevista en RR. HH, y luego de dos horas me dijeron que tengo mucha experiencia, pero que no me podían emplear porque supero los 35 años. Si en mi CV está mi edad, ¿para qué me llaman? Señores políticos, cambien las leyes laborales, todos tenemos derecho al trabajo digno y no a la discriminación por edad.
Gabriel


Soy Grafóloga Pública (matrícula Nº 82.335), recibida en 2006. Recorrí numerosos despachos y oficinas en las que me entrevistaron y no tuve ninguna respuesta. También envié mi CV a diversas empresas y aún continúo sin poder reinsertarme en el mercado laboral. Mi trabajo es realizar tests psicológicos, proyectivos, perfiles de personalidad y orientación vocacional.
Además, también soy Consultora Psicológica con orientación psicoanalítica, cuya función es asesorar, brindar información y promover el desarrollo humano, para que el consultante pueda tomar decisiones basándose en el autoconocimiento.
Nuria R.


Tengo 39 años, nací en Perú y vivo en Buenos Aires, San Fernando, desde hace casi 6 años.
Ya como residente, tengo el DNI argentino, saqué el registro profesional para conducir e hice el curso obligatorio para conductor de colectivo, y estoy habilitado para transporte de pasajeros.
Tengo 10 años de experiencia en ello, pero aquí se me hace difícil encontrar trabajo. Todo porque no tengo algún conocido, padrino o amigo de alguna línea de transporte de pasajeros. ¿Será por mi condición de extranjero? ¿Es discriminación? ¿Es que con mis 39 años ya no se puede manejar bien? ¿O ya estoy viejo?
David


¡Qué difícil se hace trabajar con 49 años! Desde los 17 trabajé en distintas empresas en el área comercial y administrativa, tuve personal a cargo, estuve 10 años en una empresa importante. Pero la realidad me dice que "soy viejo", que no sirvo para nada, que cuando ven en mi CV que trabajé sólo en seis empresas a lo largo de la vida me dicen "qué bien, pero lástima la edad".
Que tener estudios secundarios y cursos no sirve de mucho, o de nada. Quiero y necesito un trabajo digno que me permita pagar mi alquiler, vivir dignamente y disfrutar de las cosas simples de la vida.
Hugo

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