[ cerrar ] Comparta esta nota con un amigo E-Mail de su amigo Su nombre Su E-Mail Por José Pablo Feinmann Además todo es muy simple, de aquí que si no se quiere entender es o porque no se quiere o porque se obedece o porque se quiere imponer otra cosa que no puede sino mentir sobre cuestiones elementales para presentarse como válida. Adam Smith (al padre teórico del capitalismo) no creía en los monopolios. Creía en lo que se suele llamar competencia atomística, dentro de la cual muchos productores compiten entre ellos. Al hacerlo, los precios nunca son establecidos por un solo vendedor, sino que surgen de la libre competencia. En cambio, cuando aparece el monopolio, que es (según creo) la tendencia inevitable del libre mercado, ya no hay competencia atomística porque el precio lo fija un solo polo, precisamente: el monopolio. La ambición de todo grupo capitali