Pensamiento Tao: Preparación y Tao Te Ching versículo 40 y 42
Pensamiento Tao: Preparación y Tao Te Ching versículo 40 y 42
Un cuchillo mantiene su borde
Sólo con afilado y el corte adecuado.
Una virtud de un guerrero es la preparación.
Una virtud de un sabio es la conciencia.
Esta vida es tan competitiva y desafiante que uno debe permanecer permanentemente preparado para los problemas y conflictos que surgen cada día. Por esta razón, los seguidores del Tao fusionan el camino del guerrero y el sabio. Quieren el valor y la preparación de la caza, la percepción luminosa de los sabios. Cada día, se dedican al mantenimiento de sus características y la perpetuación de su desarrollo. Pero, ¿cómo mantener la propia ventaja sin embotamiento?
Hay una fábula acerca de un rey que estaba mirando a su carnicero. Estaba sorprendido de que el hombre pudiera desmembrar un buey entero sin mucho esfuerzo y sin mellar su cuchillo. Tratando de aprender, el rey preguntó a su sirviente, quien dijo que su secreto era insertar el cuchillo sólo en los espacios entre los músculos, lo que separara el cuerpo a lo largo de sus líneas naturales. De esta manera, cuando un carnicero ordinario tenía que molar su hoja diariamente, el sólo tenía que afilar el cuchillo una vez al año.
De esto podemos aprender que primero tenemos que afinarnos nosotros mismos para un borde afilado, pero el uso adecuado de nuestros talentos es igualmente esencial. Debemos recordar que debemos tomar medidas en la línea de base y las costuras de la jornada. Si hacemos esto, no podemos estar en oposición por mucho tiempo.
Un cuchillo mantiene su borde
Sólo con afilado y el corte adecuado.
Una virtud de un guerrero es la preparación.
Una virtud de un sabio es la conciencia.
Esta vida es tan competitiva y desafiante que uno debe permanecer permanentemente preparado para los problemas y conflictos que surgen cada día. Por esta razón, los seguidores del Tao fusionan el camino del guerrero y el sabio. Quieren el valor y la preparación de la caza, la percepción luminosa de los sabios. Cada día, se dedican al mantenimiento de sus características y la perpetuación de su desarrollo. Pero, ¿cómo mantener la propia ventaja sin embotamiento?
Hay una fábula acerca de un rey que estaba mirando a su carnicero. Estaba sorprendido de que el hombre pudiera desmembrar un buey entero sin mucho esfuerzo y sin mellar su cuchillo. Tratando de aprender, el rey preguntó a su sirviente, quien dijo que su secreto era insertar el cuchillo sólo en los espacios entre los músculos, lo que separara el cuerpo a lo largo de sus líneas naturales. De esta manera, cuando un carnicero ordinario tenía que molar su hoja diariamente, el sólo tenía que afilar el cuchillo una vez al año.
De esto podemos aprender que primero tenemos que afinarnos nosotros mismos para un borde afilado, pero el uso adecuado de nuestros talentos es igualmente esencial. Debemos recordar que debemos tomar medidas en la línea de base y las costuras de la jornada. Si hacemos esto, no podemos estar en oposición por mucho tiempo.
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